
La gran barrera que separa la etología clásica de la etología cognitiva Es el estudio comparativo, evolucionario y ecológico de la mente de los ANH a través de los procesos, creencias, racionalidad, procesamiento de la información y el consciousness., es la carencia de reconocimiento, por parte de la primera mencionada, que los animales no humanos poseen características semejantes a los animales humanos.
Sin duda la etología cognitiva ha demostrado las carencias de la clásica y a través de la investigación científica no ha dejado duda alguna que todos los animales compartimos la cognición y las emociones como resultado de un proceso evolutivo paralelo que nos ha permitido desarrollar las habilidades para adaptarnos y manejar nuestro entorno Se refiere al espacio vital conformado por componentes físicos, químicos y biológicos en los que interactúan los seres vivos..
El primatólogo Frans de Waal, se ha referido a la revolución cognitiva en los términos que “olvidados los tiempos oscuros en que los animales (no humanos) eran meras máquinas estímulo – respuesta, ahora somos libres de contemplar sus vidas mentales”.
Una de las cuestiones que ha surgido con mayor fuerza en el análisis cognitivo es la empatía, una característica común entre humanos y no humanos y frecuentemente ignorada por los primeros. La empatía es la cualidad que tienen nuestros compañeros de tener el sentimiento de identificación con su partner humano, que se manifiesta en una estrecha y solidaria comunicación que es precursora de la emoción de ponerse en el lugar del otro frente a una situación emergente.
¿Son empáticos los perros?
Es cuestión de preguntarle a quien comparte su vida con ellos y sin duda le responderá afirmativamente. Nuestros compañeros tienen habilidades sociocognitivas que potencian la comunicación con el humano que tienen una notable semejanza en el comportamiento y que se manifiestan en forma primaria como el contagio emocional, hasta los niveles específicos propios de especies colaborativas.
Un reciente trabajo realizado en la Universidad de Eötvös, dirigida por el conocido Etólogo Cognitivo, Ádám Miklósi, se propuso crear un ranking de empatía de una muestra significativa de perros (591) conviviendo con humanos en Hungría y Alemania, con el objeto de crear un Coeficiente de Empatía (EQ), siguiendo en parte las bases del desarrollado hace un tiempo por Baron – Cohen y Wheelwright.
La muestra fue discriminada de acuerdo a una serie de variables, como edad de ambos (humanos y no humanos), raza, sexo, condiciones de vida, nivel de educación entre las más importantes y fueron sometidos a un test de 38 preguntas divididas en cinco áreas temáticas (aspectos generales, actitud hacia los partners, escala de empatía, respuesta hacia las emociones de los humanos, respuesta hacia las percepciones de los humanos hacia otros perros).
Los resultados demostraron que efectivamente nuestros compañeros manifiestan altos niveles de empatía hacia sus partners, que se manifiestan en semejantes actitudes de comportamiento, en respuestas cognitivas hacia la forma de vida de su partner, en asociar actitudes de otros hacia el humano como motivación de respuesta, que si bien no permiten aún establecer una hoja de ruta definitiva, orientan hacia la demostración que nuestros compañeros manifiestan comportamientos cognitivos que se pueden correlacionar con las de las especies colaborativas.
Szántho F., Miklósi A. y Kubinyi E. (2017) Is your dog emphatic? Developing a Dog Emotional Reactivity Survey. Plos One, February 13. 1 -16.
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