El sentido de la etología

etología

Es una verdad incómoda: siempre fue fácil decir que los animales no tienen conciencia.
Hoy no se puede decir que no lo sabíamos. Stephen Hawking

 

Sin duda la etología se ha convertido y probablemente sin quererlo, en la disciplina que ha producido una explosión en la conciencia de los animales humanos en las últimas décadas.

Si bien a la etología desde los tiempos de Darwin se le atribuye el estudio de la conducta en animales no humanos Animal no humano (ANH). Concepto introducido en etología cognitiva, que consiste en diferenciar a los animales en humanos y no humanos. A pesar que los ANH tienen grandes semejanzas con los animales humanos, se establece este marco conceptual básicamente con fines de investigación, con el objeto de analizar y comparar comportamientos., sus primeras aproximaciones son sólo comparables con nuestros evolutivos procesos más oscuros.  Los años del behaviorismo (conductismo) marcaron a la etología de una forma brutal, lo que ha sido bastante difícil de olvidar y que incluso aún, algunas escuelas insisten en su aplicación.

Efectivamente, la etología anquilosada (también llamada clásica) se apegaba al principio de Skinner que sostenía que todos los seres vivos, somos o podemos, ser igualados a cosas que se activan en una caja negra (cerebro) que sólo responde a procesos estímulo – respuesta, en un principio de acción – reacción que ignora absolutamente las capacidades emocionales de los seres vivos (todos).

Los conocidos ejemplos de los perros que salivan del ruso Pavlov, las palomas, aquellas que obtienen un premio si golpean una puerta, de Skinner o los gansos de Lorenz, explican por sí la enorme barbaridad que representó la “moda” en las formas en que interactuaban los humanos entre ellos y con los no humanos, siendo éstos últimos los más brutalizados con tal experimento metodológico.

El conocido primatólogo Frans de Waal, se ha referido a este período como “los tiempos oscuros en que los animales (no humanos) eran consideradas meras máquinas estímulo – respuesta”. Ahora, dice de Waal, somos libres de contemplar sus vidas mentales.

Estudiar etología en nuestros tiempos es introducirse en el maravilloso mundo de la cognición En sentido general, se refiere a los cambios en los cuales los no humanos retienen procesos y actúan según la información tomada en y a través de los sentidos e incluye los procesos de percepción, aprendizaje, memoria y resolución de problemas., la emociónSe entiende como el complejo set de interacciones entre factores objetivos y subjetivos, medidos por sistemas hormonales/neurales los cuales pueden: i) otorgar experiencias afectivas como el despertar de los sentimientos; ii) el placer y el displacer; iii) generar procesos cognitivos como los efectos perceptuales de la emocionalidad. Se divide en dos componentes, la experiencia consciente y el proceso cognitivo de comportamiento fisiológico que explicita el estado emocional. y particularmente del consciousness, término acuñado por el creador de la etología moderna (cognitiva) Donald R. Griffin y que se refiere a lo que todos ahora conocemos bien, que los animales entendemos nuestras capacidades y roles, es decir, que tenemos una sólida comprensión de nuestra situación. Consciousness es privilegio de las aves, los mamíferos, los roedores, las especies acuáticas y en el último tiempo hemos descubierto que también los vegetales.

etologíaLos animales no humanos representan, sin duda alguna, la mayor riqueza de nuestro entorno Se refiere al espacio vital conformado por componentes físicos, químicos y biológicos en los que interactúan los seres vivos.. Demostrado, especialmente a través de herramientas científicas como la resonancia magnética funcional, que nuestros semejantes tienen un cerebro similar al del humano, en constante evolución, hemos podido comprender que son dotados de emociones, aunque a menudo bastante más desarrolladas que las de los animales humanos, lo que enriquece notablemente la integración interespecífica.

Claramente los animales no humanos no son cosas al servicio del antropocentrismo Desde un punto de vista ético, se reconoce como el planteamiento que los intereses humanos están por sobre cualquier otra consideración. De modo que la condición de bienestar de la naturaleza humana, son los únicos principios de juicio según los cuales se deben evaluar los seres vivos, es decir cualquier preocupación moral por cualquier otro ser, debe ser subordinada al interés de los humanos., no se merecen el trato infeliz que se les ha dado por milenios.

En consecuencia la etología cognitiva es un amplio campo de estudio y especialmente de interacción, cuyo aporte proviene de varias disciplinas. Hace ya varias décadas que los estudios en psicología han dado valiosos aportes a la comprensión de nuestros semejantes. En 1998 Jaak Panksepp creó el concepto de neuroafectividad que nos ha permitido comprender las principales emociones afectivas de los animales no humanos, como el cuidado de la madre por su cría, el pánico por ejemplo que sienten ambos cuando la cría es arrebatada brutalmente en las instalaciones industriales, o el dolor que siente el infante cuando la madre es asesinada por los “mafiosos del rifle” que asolan los territorios silvestres.

Los biólogos han aportado conceptos como empatía, esa capacidad que tienen las especies de apoyar al semejante y ponerse en su lugar, algo que cuando se muestra en videos, los humanos lo encuentran gracioso y lo comentan como si eso fuera algo extraordinario, que no lo es. El altruismo o esa habilidad de convivir y cooperar en un grupo social, como lo hacen los elefantes, los delfines, las ballenas, los suricatos y tantas otras especies que crean formas de vida dentro del grupo, regidas por normas que regulan la relación intraespecífica Interacción entre dos o más individuos pertenecientes a una misma especie. del grupo social.

Perro contemplando su entornoLa etología hace largo tiempo que no es el “estudio de la conducta”, es el análisis de la cognición, esa habilidad que tiene los animales no humanos mucho más desarrollada que los animales humanos que les permite entender el entorno en sus partes y en un todo, gracias a lo cual pueden crear las herramientas (sociales) de respuesta a los estímulos de éste.  Ese es claramente el principio de la inteligencia.

La etología del siglo XXI considera una “sociedad de iguales” donde todos los seres vivos tenemos semejantes derechos, a la vida, a ser considerados seres inteligentes, empáticos, emocionales y requirientes de afectos, los cuales caracterizan a todos los seres vivos. No existe ser vivo que no necesite ser considerado, que no manifieste emociones y que no esté en condiciones de llevar una vida afectiva y plena.

La sociedad antropocéntrica que durante centenas de años ha intentado ocultar una verdad inmanente, ha tenido que comprender que las bases en que sustentaba el castillo de naipes de la superioridad, ha caído miserablemente. La ética construida sobre la base de la dualidad racionalidad – irracionalidad ya no tiene sustento, éticamente no es aceptable y la emergencia de los derechos de los animales no humanos, surge con singular fuerza en los tiempos que nos acompañan. La etología  no se construye sin la ética, a los animales no humanos hay que analizarlos desde la perspectiva de sus capacidades emocionales, como la empatía, el altruismo y su condición de agentes morales. Sin duda es una cuestión de sentido básico.

 

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